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Pequeñas y molestas: control de las moscas del mantillo

Pequeñas y molestas: control de las moscas del mantillo
Unas pocas moscas no son un problema, pero muchas indican una gran infestación.

La mosquita del mantillo es una visión frecuente en muchos cultivos de interior y de invernadero. Son negras, pequeñas, molestas y revolotean en torno a las plantas. Tienen fama de poco dañinas pero todo depende de cuántas haya. Vamos a conocer un poco más sobre este pequeño insecto y su efecto sobre las plantaciones de cannabis.

La mosca o mosquita del mantillo, también conocida como mosca esciárida, es un insecto de la familia Sciaridae (las especies más frecuentes son Bradysia spp. y Orfelia spp.). Es una plaga bastante común en los cultivos de interior y exterior (especialmente, en años húmedos), que se reconoce fácilmente por su color negro, marrón o gris oscuro y su pequeño tamaño (de 2 a 4 mm, por lo general). Parecen pequeños mosquitos por sus largas patas y antenas.

Aunque casi siempre solo vemos a las moscas adultas, a lo largo de su ciclo vital este insecto pasa por cuatro fases distintas: huevo, larva, pupa y adulto. Las moscas adultas buscan tierra húmeda para depositar sus huevos, unos trescientos a lo largo de su vida. Ponen los huevos en grupos de unos treinta cerca de la superficie del suelo. Unos tres días después de la puesta, los huevos eclosionan y nacen las larvas, que son pequeños gusanos blancos, sin patas y con la cabeza oscura, que viven en el sustrato alimentándose de cuanta materia orgánica encuentran (raíces incluidas).

Las larvas atraviesan cuatro fases en su desarrollo y, al final, alcanzan un tamaño de unos 6 mm. Tardan unos diez días en crecer lo suficiente para convertirse en pupas, y otros cuatro días en convertirse en adultos. El ciclo vital completo dura unos diecisiete días, aunque depende de la temperatura; cuanto más calor, más rápido. Por lo general, en el sustrato suele haber larvas de diferentes puestas que van alcanzando la fase adulta cada pocos días.

Pequeñas y molestas: control de las moscas del mantillo
Evitaremos que la tierra permanezca húmeda mucho tiempo, especialmente en plantas jóvenes que tienen pocas raíces.

Las larvas son la fase más dañina de esta plaga, pues se alimentan de materia orgánica. Suelen comer hojas caídas, mantillo, hongos, compost y raíces muertas. El problema es que también se comen las raíces y pelos radiculares sanos. Si el número de larvas es muy elevado, pueden llegar a debilitar mucho las plantas, reduciendo su capacidad de absorción de nutrientes. Además, pueden transmitir virus, hongos como botritis y Fusarium y otras enfermedades como el Pythium, un microorganismo responsable de la pudrición del tallo y las raíces de las plantas.

Las moscas adultas son muy molestas, pues revolotean en torno a las plantas y pueden llegar a quedarse pegadas en los cogollos cuando estos están completamente recubiertos de resina, pero no causan graves daños, pues no muerden las plantas. Viven poco, unos diez días, son débiles y no suelen alejarse de las plantas, aunque resultan atraídas por el color amarillo de las trampas y por la luz.

Síntomas en las plantas

"Las larvas son la fase más dañina, pues se comen las raíces"

Si la infestación de mosquitas es extensa y las raíces han sufrido daños importantes, esto se reflejará en las hojas de las plantas, que se verán marchitas o decoloradas, como cuando hay un exceso de riego, ya que con un sistema radicular debilitado el agua se acumula en el sustrato por la incapacidad de las plantas de absorberla al ritmo normal. En general, conforme la plaga se multiplica, las plantas se van debilitando, cada vez crecen menos y tienen peor aspecto. Si hay pocas mosquitas, los daños no suelen ser importantes y la recuperación de las plantas puede ser rápida, pero si la infestación es importante, los daños también lo serán. Cuanto antes se detecte su presencia y se actúe, mejor: los daños serán menores y la recuperación más rápida.

Pequeñas y molestas: control de las moscas del mantillo
Un pedazo de patata cruda atrae a las larvas y sirve para comprobar si hay infestación del sustrato.

¿Por qué aparecen?

En general, necesitan tierra húmeda para poner los huevos y materia orgánica para que se alimenten las larvas. Ambas cosas suelen estar presentes en las macetas, especialmente en las plantas de interior, aunque también son frecuentes en exterior. En exterior, por lo general, solo constituyen un problema si el clima es muy húmedo y las plantas son pequeñas y débiles, ya que la cantidad de mosquitas se suele mantener más controlada gracias al resto de especies que forman el ecosistema. En interior, en cambio, pueden multiplicarse rápidamente y causar más daños, sobre todo en plantas pequeñas que viven en sustratos excesivamente regados.

Son tan pequeñas que pueden colarse por cualquier rendija, atravesar una mosquitera o entrar pegadas a la ropa del cultivador, así que no resulta fácil impedir que lleguen al cultivo. La mejor forma de reducir las probabilidades de que aparezcan y se instalen en la plantación es eliminar periódicamente todos los restos orgánicos del cultivo, tales como hojas caídas, restos de tierra en el suelo, etc. Además, conviene controlar el riego para evitar que la tierra permanezca demasiado tiempo húmeda, así como impedir que haya charcos o agua acumulada en el suelo, los platos de las macetas o los rincones del cuarto de cultivo.

Métodos de control

Pequeñas y molestas: control de las moscas del mantillo
Este ejemplar adulto de mosca del mantillo acaba de caer en una trampa amarilla pegajosa.

"Bacillus thuringiensis var. israelensis (Bti) es una bacteria que actúa como control biológico de la mosca del mantillo"

Como sucede con la mayoría de las plagas, cuanto antes se controlen, mejor. Idealmente hay que combatir las primeras moscas en cuanto aparecen, antes de que pongan muchos huevos y se asienten en la plantación.

La mejor forma de evitar la plaga es impedir que las condiciones sean adecuadas para las moscas. Si mantenemos los niveles de humedad controlados, controlando el exceso de riego, dejando que la superficie del sustrato se seque entre riegos y favoreciendo el drenaje de la tierra, reduciremos enormemente el riesgo de que la plaga se multiplique.

La ventilación en torno a las plantas, especialmente si logramos que corra el viento por encima del sustrato para que las mosquitas no se encuentren cómodas, puede ser bastante efectiva. También hay que evitar añadir abonos orgánicos en exceso, ya que aportan alimento a las moscas. El equilibrio entre la cantidad de abono orgánico y el desarrollo de las moscas dependerá de las condiciones del cultivo y del estado de las plantas. En exterior, salvo que el clima sea muy húmedo, los abonos orgánicos no suelen ser demasiado problema pero, en interior, el equilibrio es más delicado.

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Colocaremos la patata en la zona más húmeda, que es la que prefieren las moscas del mantillo.

La presencia de algunos ejemplares de mosquita del mantillo en un cultivo es muy normal y, si el número no se descontrola, no causarán grandes daños. El problema siempre llega cuando las condiciones son muy buenas para su desarrollo (casi siempre, por exceso de riego y humedad) y el cultivador tarda en tomar medidas de control.

Las trampas amarillas pegajosas son el principal método de detección de las mosquitas, especialmente cuando aún no hay tantas como para que la infestación sea claramente evidente por el revoloteo de los adultos alrededor de las plantas. Las trampas se deben colocar desde el principio del cultivo para detectar su presencia lo antes posible. Lo ideal es colocarlas bastante cerca de la base de las plantas, ya que es allí donde van a depositar sus huevos, pero también se pueden colgar algunas en la parte superior, donde serán más fáciles de ver por el cultivador.

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Las trampas pegajosas amarillas son esenciales para descubrir la presencia de las mosquitas cuanto antes.

Las trampas pegajosas más habituales tienen forma rectangular y están diseñadas para ser colgadas, pero también hay algunas con forma de rosquilla para colocarlas en la maceta, alrededor del tallo, y capturar a las moscas adultas cuando van a poner los huevos.

En mi experiencia, las trampas pegajosas van muy bien para detectar la presencia de las mosquitas antes de que se vuelvan muy numerosas, pero no es fácil exterminarlas con este sistema, salvo que se coloquen muchas trampas. Aunque las trampas son esenciales para detectar su presencia, la mejor forma de acabar con una plaga de moscas del mantillo es atacar a las larvas para cortar el ciclo de reproducción. Como las larvas se encuentran dentro del sustrato, la única forma de llegar a ellas es aplicando un tratamiento directamente a la tierra.

El truco de la patata es una buena forma de averiguar si es grande la población de larvas en una maceta. Basta con colocar un trozo (3x1 cm es suficiente) de patata pelada sobre el sustrato. Las larvas se sienten atraídas por la patata y penetran en su interior. Al día siguiente retiraremos el trozo de patata y contaremos cuántas larvas encontramos. Colocaremos un nuevo trozo de patata, y así podremos ir viendo la evolución de la plaga y determinar si estamos consiguiendo controlarla o si sigue extendiéndose.

Las plantas grandes y fuertes no suelen verse afectadas por una población pequeña de moscas.
Las plantas grandes y fuertes no suelen verse afectadas por una población pequeña de moscas.

Bacillus thuringiensis var. israelensis (Bti) es una bacteria que actúa como control biológico de las larvas de los mosquitos, la mosca del mantillo y la mosca negra. Cuando las larvas ingieren el Bti se enferman y mueren en uno o dos días. Es completamente inocuo para las plantas, los animales y las personas, por lo que se puede usar sin ningún riesgo. Se aplica sobre el sustrato disuelto en el riego o fumigado a razón de dos gramos por litro de agua, y permanece activo en el suelo durante unas tres semanas, aunque otras fuentes aseguran que hay que repetir aplicaciones cada cinco días hasta acabar con el problema. Hay distintas variedades de Bacillus thuringiensis, cada una específica para luchar contra una plaga distinta. Es importante utilizar la variedad adecuada.

Hay otros métodos de control biológico apropiados para combatir la mosca del mantillo, aunque no son tan fáciles de conseguir como el Bti y, además, resultan más complicados de manejar, pues deben aplicarse casi inmediatamente, ya que son organismos vivos que aguantan muy poco tiempo fuera de las plantas. El ácaro depredador Hypoaspis miles, el nematodo Steinernema feltiae, el estafilínido Atheta coriaria, la mosca tigre Coenosia attenuata y el insecto parasitoide Synacra paupera son algunos de los más efectivos.

Pequeñas y molestas: control de las moscas del mantillo
Justo antes de trasplantar un esqueje es buen momento para revisar las raíces en busca de larvas u otras plagas.

El aceite de nim también se puede emplear para controlar larvas y adultos. Hay que disolverlo en agua con la ayuda de un poco de jabón potásico (por cada litro de agua mezclamos de 2 a 5 ml de aceite de nim y de 10 a 20 ml de jabón potásico) y regar la tierra con esa solución. Otras fuentes recomiendan regar con una solución de una parte de agua oxigenada y cuatro partes de agua.

El control de la mosca del mantillo casi siempre se centra en la eliminación de las larvas, ya que son las que causan más daños. Luchar contra los adultos no suele ser muy efectivo pero, si es necesario porque su número es muy elevado, se pueden usar piretrinas u otros insecticidas piretroides como método rápido, aunque temporal, de control. Se deben fumigar las partes aéreas de la planta, así como la superficie del sustrato, ya que los adultos pasan mucho tiempo descansando sobre la tierra.

Pequeñas y molestas: control de las moscas del mantillo
El aceite de nim no es tóxico para plantas ni animales, pero acaba con las larvas y los adultos.
Pequeñas y molestas: control de las moscas del mantillo
La mejor forma de luchar contra cualquier plaga y lograr buenos cogollos es siempre la prevención.

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #304

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